Inicio > Comportamiento Organizacional, Estrategia, Habilidades directivas, Innovación, Management > Los ciclos evolutivos de las empresas. ¿En qué momento se encuentra su organización?

Los ciclos evolutivos de las empresas. ¿En qué momento se encuentra su organización?

por Óscar Fajardo

Las organizaciones son sistemas sociotécnicos abiertos en continua evolución. Esto supone que están formadas por múltiples elementos que se relacionan entre sí y con su entorno de forma constante pero no siempre igual. La aparición de numerosas variables dentro y fuera de la empresa hacen que estén sometidas a continuos cambios y a una evolución continuada.

Así, las compañías se encuentran con la constante contradicción de que han sido creadas para otorgar cierta estabilidad a sus componentes y, sin embargo, se ven en la obligación de cambiar de forma habitual.

Esta situación es todavía más visible en nuestros días, donde la sociedad del conocimiento, la globalización y la tecnología han provocado la aceleración de los cambios en un entorno cada vez más dinámico.

Esto supone que las organizaciones están sometidas de forma permanente a un ciclo evolutivo formado por varias etapas. Y esto va a ocurrir lo quieran o no, ya que el cambio no es algo que nosotros podamos provocar a nuestro antojo, sino que en la mayoría de las ocasiones proviene del exterior.

Las compañías conocedoras de estos ciclos, suelen anticiparse a las distintas etapas o incluso provocar su llegada; y suelen ser las que más éxito han demostrado y más capacidad de pervivencia demuestran. Así, y aplicando en este caso las teorías darwinianas, no es la empresa más fuerte la que sobrevive, sino la que se adapta con más rapidez y corrección al cambio.

Lógicamente, cada etapa del ciclo marca una forma de comportamiento diferente en muchos aspectos, desde organizativos y de procesos, hasta de gestión del talento y de las relaciones con los stake y shareholders.

Las cinco etapas del ciclo evolutivo de las empresas

Como hemos afirmado, todas las empresas, tanto las que son de nueva creación, como las que ya tienen muchos años de vida, pasan por estas cinco etapas en algún momento, y muchas de ellas no consiguen superar alguna de ellas si no lo aceptan y se adaptan.

Etapa de la creatividad

Esta es la etapa inicial, donde la organización se caracteriza por tener un pequeño tamaño, y normalmente la propiedad de la empresa coincide con la dirección de la misma. Suelen ser estructuras simples, muy flexibles, con comunicaciones informales y conocimientos tácitos, donde todo el mundo hace de todo y la especialización está poco desarrollada.

Suele ser el momento en el que las empresas son creadas y compiten en un mercado no demasiado saturado, donde el ciclo de vida es el de introducción. Ocurre generalmente cuando se produce una innovación disruptiva que crea un nuevo mercado.

En estas organizaciones, el entusiasmo y la motivación son dominantes y también la flexibilidad de sus miembros.


Etapa de dirección

Superada esta primera etapa, las organizaciones se encuentran ya en un mercado en crecimiento, con un número superior de clientes que demandan sus bienes, lo que obliga a que su estructura se especialice. Ya no sirve una organización como la de la anterior etapa, muy flexible pero con escasa capacidad de atender toda la demanda. La propiedad de la empresa se distingue de la dirección, y comienza un proceso doble; de una parte una división funcional en horizontal para conseguir trabajar con mayor especialización, y de otra una mayor jerarquización en vertical. La organización se hace más lenta, pero es capaz de responder con mayor capacidad a las demandas más específicas de los consumidores.

Aparecen ya los mandos intermedios y los recursos humanos que se contratan poseen un perfil de mayor especialización.

Las relaciones son más formales y el conocimiento explícito domina sobre el tácito.

Aparecen los conceptos de políticas y de normas.

Etapa de delegación

En este momento, nos encontramos con un mercado que comienza a dar signos de madurez y con una organización cuyos procesos la hacen demasiado lenta. Se intuyen y adivinan cambios, pero todavía parecen lejanos y las direcciones no saben muy bien hacia donde dirigirse.

Es el momento de la extensión del liderazgo para alcanzar una nueva visión. Por otra parte, los especialistas sienten que su talento y conocimiento está demasiado encorsetado en este tipo de organizaciones, por lo que se demanda delegación para que ellos puedan desarrollar todo su potencial.

Esto hace que aparezcan estructuras divisionales con una cierta descentralización y una mayor libertad para los miembros de la organización.

La empresa vive así una segunda juventud, ya que es capaz de enfocarse en nuevos nichos y crear productos y servicios mejorados que vuelven a dar un impulso al negocio.

Etapa de coordinación

En este momento, las organizaciones comienzan a ver que el mercado vuelve a disminuir y que tienen una superestructura en la que la delegación ha provocado desperdicio de recursos, duplicidad de iniciativas y enfrentamientos y luchas de poder internas por la consecución de mayor cuota de poder. Esto ha debilitado a una organización que intuye que un cambio disruptivo puede estar cerca, pero que todavía no se ha definido.

Es cuando surgen las políticas y procesos que intentan regular los flujos de información, materiales, poder y valores de la organización. Se recupera la parte más corporativa de la empresa y se crea un nuevo movimiento centrífugo de centralización para intentar recortar costes y gastos innecesarios.

La compañía en este momento se vuelve demasiado burocrática y no es capaz de responder ante las necesidades del entorno que está pidiendo rapidez para atender al cambio. Los recursos humanos necesitan más flexibilidad para poder atisbar esos cambios e introducirlos en la organización.

Etapa de colaboración

En esta etapa final, es discutida toda la antigua estructura porque claramente ya no responde al cambio que, ahora sí, se está comenzando a vislumbrar en el entorno.

Se modifican las estructuras y se eliminan las burocracias. Se vuelve a solicitar mucha flexibilidad a los trabajadores y una gran capacidad innovadora y de adaptación. Estos son los perfiles elegidos para esta nueva etapa. Personas inspiradoras y con nuevas visiones son las que dominan la organización. Las unidades estratégicas de negocio tradicionales se rompen y aparece la gestión por proyectos y el trabajo en equipo.

Retorna la flexibilidad y la necesidad de soluciones novedosas de forma constante.

La antigua formalidad convive con la rapidez y adaptabilidad, lo que produce un cansancio psicológico de los innovadores; esto acaba llevando a que la organización vuelva a la etapa primera de creatividad.

De esta forma, aparece una nueva innovación disruptiva y la empresa tiene que reinventarse sobre sus competencias básicas y volver a comenzar el ciclo.

Como vemos, este ciclo evolutivo no es exclusivo de un sector, ni de una serie de empresas. Todas han de pasar por el mismo, tarde o temprano. En entornos turbulentos como el de las telecomunicaciones, este ciclo es constante mientras que en otros mercados de bienes industriales, por ejemplo, la evolución es más lenta.

En cualquier caso, cada etapa requiere un enfoque administrativo distinto en todos los ámbitos (RRHH, visión, organización y estructura, procesos, estilos de dirección, productos y servicios a ofrece, relación con los clientes y con el canal, etc).

Solo las compañías que son conscientes de esta situación, podrán sobrevivir y superar todas las etapas para volver a reinventarse.

  1. No hay comentarios aún.
  1. No trackbacks yet.

Deja un comentario